La atadura de Fenrir
Todo comienza cuando los dioses se enteran de que los hijos de Loki están siendo criados por su madre Angrboda en el reino de los gigantes de Jotunheim. Una profecía les informa de que estos tres niños causarán algún día una gran angustia a los dioses, por lo que Odín envía a buscarlos o lidera la expedición que los separa de su madre. Los tres niños son el lobo Fenrir, la serpiente Jormungandr y Hel, una diosa que es mitad mujer viva y mitad cadáver azul en descomposición.
Odín está decidido a atar al lobo antes de que crezca demasiado y sea demasiado fuerte para controlarlo (aunque, en este punto de la historia, Fenrir no ha causado ningún problema y vive en paz con los dioses) y envía un mensajero, el dios Skirnir, a los enanos en sus fraguas ardientes bajo Midgard pidiéndoles que hagan un grillete que Fenrir no pueda romper. Los enanos envían de vuelta la cadena llamada Gleipnir ("enredador") hecha de seis elementos: los pasos de un gato, la barba de una mujer, las raíces de la montaña, los tendones de un oso, el aliento de un pez y la saliva de un pájaro.
Fenrir está atado y trata de liberarse. Sin embargo, cuanto más lucha contra la cinta, más se aprieta hasta que, al darse cuenta de que ha quedado atrapado, cierra las mandíbulas de golpe, cogiendo la mano de Tyr. El lobo comienza a aullar de dolor y rabia, pero los dioses (excepto Tyr) solo se ríen de él y luego le introducen a la fuerza una gran espada en la boca con el pomo en la mandíbula inferior y la punta en la superior, manteniéndolas separadas para que no pueda hacer más ruido ni presentar ninguna amenaza. A continuación, atan a Gleipnir a una gran piedra de la isla que anclan con otra piedra aún mayor, y dejan allí a Fenrir mientras regresan a casa. Los dos hijos leales de Fenrir, Hati y Skoll, intentan liberarlo, pero nada puede romper a Gleipnir, y son atrapados en sus intentos y encarcelados por Odín.
Comentarios
Publicar un comentario